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domingo, 21 de abril de 2013

EL 18A (2013): UNA SÍNTESIS DE CULTURA DE LA MUERTE Y DE RELATIVISMO ÉTICO


El 18  «A», como la abreviatura de Abril lo muestra, expresa esa actitud mimética nacida en otras realidades ante situaciones muy similares a aquellas que los argentinos experimentamos en el año 2000. Pero no se trata sólo de una abreviatura, sino en todos los casos (foráneos y autóctonos) de atonía cognitiva. La palabra es la morada del humano; la negación de ella, su contractura, su fragmentación, dice de la fragmentación de quienes se expresan; dice de una cultura totalitaria que, es tal, porque quienes la integran se han inoculado el virus que conduce a una muerte lenta pero segura. Han debilitado la entraña de su «ser»: la «comprensión». La cultura de la muerte (totalitaria) sólo deja espacio para aquello que Orwell llamó «neo-habla».

 ¿Quiénes se expresaron en esa Jornada? Empleando la categoría denominada por el sociólogo alemán Max Weber «ideal-tipo» (modelo teórico de generalización), puede diseñarse el siguiente encuadre: ese día se expresó la clase alta, la clase media alta, la que en otros tiempos los sociólogos denominaron clase media «típica» y un fenómeno ya instalado en el año 2003: aquellos caídos de su espacio de pertenencia (clase media «típica») y devueltos, por obra de las circunstancias (mejorías materiales implementadas por las administraciones Kirchner / Fernández de Kirchner), a su habitat originario.

 Se trata (en fin) de un fenómeno singular que «resucitó» por obra de la administración instalada a partir del año 2003. Sin embargo, tal fenómeno reviste algunas notas de interés, pues sucede que (generalmente) en una «sociedad-mundo» materialista, aquel que asciende en razón de determinado modelo de acción política, entiende que su nueva situación es obra exclusiva  de su propio esfuerzo, al tiempo que cierra filas y hace de aquellos que no logran tal ascenso (los mismos con los que había compartido su desgracia) objeto de explícito desprecio, denigrándolos con epítetos varios. Actitud que (claro está) extienden a todo el arco social descendente.

 Es dable dividir a la clase media «típica» en dos subgrupos: (1) aquel que interpreta la realidad con carga de odio y resentimiento hacia la figura gobernante (a quien ven como un «otro») y se «construye» como si su grupo de pertenencia lo constituyeran los sectores sociales altos y medio-altos de la población. Sub-grupo que adopta groseramente los signos gestuales y léxicos de estos sectores; los mismos que actuarían como sus verdugos si la situación mudara y algo similar a ese pasado no muy lejano regresara.

 A manera de ejemplo: pertenece a ese sub-grupo  (y el que enseguida mencionaremos) aquel que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires encuentra en el Jefe de Gobierno su referente. Vale decir, hace de alguien integrante de los sectores más favorecidos de la sociedad y que siente repugnancia por los advenedizos, su emblema.  Sucede que, la clase media «típica» y, dentro de ésta y con mayor fuerza, los sectores que recuperaron su status, sufren del síndrome de la «mujer golpeada»: requieren ser violentados, vejados, agraviados de distintas formas y se regocijan con todo lo que expresa el autoritarismo más auténtico, sobre todo porque tal Jefe de gobierno muestra rasgos de una psicopatía clínica explícita. Con él tienen garantizado (como lo tendrían con aquellos políticos que lo acompañan en actitud) que van a ser exterminados. Formados en un «sistema-mundo» corrupto, que los atraviesa (nos atraviesa) con distinto énfasis, proyectan la voz «corrupción» afuera, en un «otro», pero renuncian a reconocerse como parte de ella: proyectan también lo que reprimen.

 (2) Pero estos efectos de una cultura totalitaria y del relativismo ético (que George Orwell desnudó en su obra «1984» y Hannah Arendt en «Los orígenes del totalitarismo») encuentran su nivel más explícito en el otro sub-grupo de esa recuperada clase media (el más primario). Se trata de aquel al que el pensamiento reflexivo le es vedado. Martín Heidegger caracterizó esta realidad en su obra «Ser y tiempo» (§ 35) con la expresión «estado de interpretado». Se encuentra en este «estado» quien sólo repite consignas; su «estado» es el del «constante desarraigo». No analiza, ni interpreta; no habla sino que «es hablado».

¿Se asemeja lo acontecido ese día 18 DE ABRIL DE 2013 a aquello que en otros tiempos se denominaba conato de «golpe de Estado»?
 
Claramente, sí, de manera conciente en unos y no conciente en otros.

1 comentario:

  1. El empleo de la fuerza y la violencia a falta de armas más adecuadas, es el tema central de LA DERECHA. No es de otra forma que se imponen políticas CONTRARIAS a los intereses de los pueblos. Nadie acepta de buen grado sumirse en la pobreza, la ignorancia, la enfermedad, la miseria. Así como las monarquías se dicen "de origen divino" por más que le agreguen el adjetivo "democráticas" para zafar de su incongruencia, ciertas castas devinieron de realeza en en burguesías y de allí en simple "gente con plata", sinónimo de "gente con poder".
    El poder hoy está enmascarado detrás de infinidad de medios de comunicación que distribuyen el mensaje que conviene a sus representados, los poderosos. Esa transmisión de "información", a menudo tergiversada y acomodada a la obtención de un fin y generalmente divergente de la realidad es la masilla que rellena las mentes de miles de personas, supliendo el ejercicio sano de informarse bien. Ya está claro que no hay "buena fe" de parte de quienes irradian las noticias. Y muchos de los que están rellenos de masilla lo saben. Pero les resulta más cómodo seguir consumiendo esa plastilina.
    Como ingrediente infaltable de esa masilla infecciosa está siempre EL MIEDO.
    Todo eso podría neutralizarse con el libre ejercicio de cualquier mente término medio, aunque requiere un esfuerzo intelectual, claro. Hay que beber de diferentes fuentes, comparar, pensar y SOBRE TODO TENER MEMORIA.
    Parece que hay unos cuántos a quienes el pasticho les está cayendo un poquito indigesto y sus cabezas pesan mucho más que su contenido de materia gris.

    Saludos

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